Catalina Mir

Imagen de la entrega de premios en la década de los cincuenta del pasado siglo. Debajo una de las medallas que se entregaban a los alumnos aplicados. Aparecen unas largas listas de premiados hasta cincuenta, casi la mitad de los alumnos de la Escuela recibían el premio. El 17 de mayo de 1953 la lista recoge los nombres siguientes: Joaquín Rodríguez Gil Gregorio Rodríguez Ariza Eugenio del Moral Yolva Samuel Lopera Tello Serafín Guerrero Amezcua Juan Francisco Fuentes Hermoso Luis Calderón Cárdenas Manuel de la Chica HernándezManuel Castillo León José Sánchez Cuevas Rafael Martínez Raya Luis Mengíbar Cano Miguel Carrasco Cazalilla Antonio Cruz Martos Francisco del Moral Ordóñez Luis Cárdenas Medina Francisco Ordóñez López Alfonso Cantero Ramiro Pedro Ruiz Mesa Pedro García Fernández Pedro García Sánchez Manuel García Liébana Simón Cabrera Albao Antonio Rueda Martínez Tomás Armijo Pozo Cristóbal Sánchez Cuevas Julio Martínez Raya Manuel

  En Palma, en un coche de caballos, Catalina aún soltera Por su destacada posición social y sus convicciones religiosas, Catalina tuvo que abandonar Jaén y abandonar la Escuela. La Escuela siguió funcionando esos tres años, no con los mismos maestros, también católicos reconocidos, ni con el mimo que podían prestarles las Damas del Patronato, también ausentes, pero siguió viva, como un organismo de interés, para los dos bandos contendientes. Al terminar la guerra y volver a la tarea, Catalina se queja del mal estado en que se encuentra la Escuela, como si no tuviera dueño. También se ha perdido gran parte de la documentación. Ella consiguió proteger lo que pudo salvar en última instancia, las escrituras de constitución de la Fundación y poco más. En septiembre de 1939, empieza con nuevo brío y ya no lo dejará hasta el final de sus días. En un primer momento se trasladó a Madrid, y poco después a Palma, dónde pasó el mayor tiempo de la contienda.

Sirvan estas notas como agradecimiento al empeño de los maestros que trabajaron con ilusión para capacitar a sus alumnos en sus primeros pasos escolares. Reunida la Junta de Damas de la Escuela en la reunión anual correspondiente al 6 de junio de 1955, la Presidenta (Catalina) informa de que por motivos de salud, deja de ser Maestro Director, D. Juan Contreras, que durante tantos años, ha desempeñado dichos cargos con gran celo e interés y en recuerdo de su buena labor, se le nombra Director Honorario, quedando constituida la Escuela del modo siguiente: Director Honorario, D. Juan Contreras Director Efectivo, D. Felipe Bueno Maestros: Francisco Badillos Hurtado y D. Luis Arcos Hernández Las clases se dividen en tres grados, que funcionarán ocho meses: 1 de noviembre al 30 de junio. Habrá además un mes de prolongación de curso (mes de julio) para aquellos alumnos que deseen aprovechar esta prórroga. También habrá un cursillo de verano desde el 1 de septiembre al 15 de octubre, ambos con

  Hemos aludido al empeño que puso Catalina en que sus hijos llegaran a la universidad y terminaran sus estudios con soltura, para poder ejercer su profesión al más alto nivel. Pero su inquietud docente iba más allá y se ocupo de que también estudiaran música y aprendieran a tocar un instrumento. El grado de dominio de cada instrumento no lo conozco, pero se les ve en la fotografía componiendo un quinteto. Es más, presentan el programa magistralmente dibujado en pergamino y dedicado a su madre, eral algo relativamente frecuente en la familia. En la fotografía vemos a José Antonio al piano y Antonio con el violonchelo, mientras los otros tres, Francisco, Federico y Enrique tocan el violín.  

Catalina con uno de sus hijos, quizá Antonio La pérdida de un hijo para unos padres es el mayor dolor que pueden sufrir. Si a eso se añade que no pueden tener el consuelo de hacerse cargo del cadáver y velarlo, podemos entender el sufrimiento de Catalina y toda la familia en esos momentos. Antonio es el segundo de los hijos de Catalina. Fue un estudiante brillante. Finalizó la carrera de Derecho y oposito a Abogado del Estado, obteniendo la plaza como uno de los más jóvenes opositores. Se encuentra en Palma en el verano de 1936, cuando se produce el desembarco de las tropas republicanas en la isla. El  Desembarco de Mallorca , a veces también denominado como la  Conquista de Mallorca  (Intento fallido), fue una operación bélica de la  Guerra civil española  desarrollada entre los meses de agosto y septiembre de 1936 por el que las  fuerzas republicanas  trataron de reconquistar las islas de  Mallorca  e  Ibiza , en las que, a diferencia de lo ocurrido en Menorca, la sublevación del 18

Una Catalina muy joven Los primeros años Catalina Mir y Real nació en Palma de Mallorca el 24 de diciembre de 1881, en una conocida familia de la capital de las Islas Baleares. Era hija de Francisco Mir y Palmer y de Carmen Real. Gozaban de una buena posición económica, alcanzada por la buena marcha de la empresa paterna. Francisco recibió en herencia la casa de Son Buit, cercana al puerto de Palma. Mencionamos este hecho por la impronta que esa casa dejó en Catalina. El matrimonio participaba activamente en la vida de la sociedad del momento. Catalina recibe una esmerada educación tanto familiar como escolar. Desde temprana edad, da muestras de gran talento, aplicación y sensibilidad. Se traslada a Barcelona para estudiar Secundaria. Allí vive en el piso segundo del número 74 del Paseo de Gracia. En los veranos vuelve a Palma, a Son Buit, la casa a la que se considerará siempre ligada. A Son Buit se refieren algunos de sus escritos, que dejan ver el afecto que profesaba por ese lugar.

Este accidente ferroviario es uno de los pesares de Catalina como madre. En 1914 se construye una 2ª línea de ferrocarril que enlaza con Cinco Casas los pueblos de Argamasilla de Alba y Tomelloso, lo que supuso para todos los pueblos afectados un gran beneficio para su industria vitivinícola, gracias al enlace que la estación de Cinco Casas tenía con la línea Madrid-Andalucía. Es a partir de este momento cuando la estación comienza a llamarse "Las Cinco Casas", nombre con que se conocía a esos parajes, en lugar de estación de Argamasilla de Alba que fue como se llamó en un primer momento. Posteriormente se termina denominando "Cinco Casas". Pero no toda la historia ferroviaria de Cinco Casas es de logros y avances: el 17 de diciembre de 1946, se produjo un trágico accidente ferroviario, donde el expreso Madrid-Algeciras chocó contra 18 vagones que se encontraban en la vía que se habían desenganchado de un tren de mercancías, haciéndolo descarrilar. Las altas horas d