Catalina Mir

Hace unos días el pintor Telesforo Zabala me obsequió con una acuarela de la fachaza del Palacio. Me hizo ilusión este detalle y me gustó la delicadeza de sus colores. La dejo aquí para contemplación de los visitantes.

José Antonio Bonilla y Mir es el hijo primogénito de Catalina Mir y de José Bonilla. Fue el Fundador del Instituto de Estudios Giennense y en dos etapas Presidente de la Diputación de Jaén. A D. José Antonio Bonilla y Mir, por Real Decretode 25 de octubre de 1982, Su Majestad el Rey Juan Carlos I, Gran Maestre de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, se ha dignado conceder, a propuesta del Ministro de Educación y Ciencia, Federico Mayor Zaragoza, Gran Canciller de la misma, las insignias de la Gran Cruz. Por entonces José Antonio Bonilla era el Presidente del Instituto de Estudios Giennense. El expediente lo inició el propio Instituto y se sumaron el Alcalde, el Presidente de la Diputación y el Gobernador Civil, así como D. FErnando Chueca y Goitia y las R4eales Academias de Historia y de Bellas Artes. La noticia fue recogida en el Boletín nº 112 del IEG correspondiente a oct-dic/1982.

El año 1993 el Ayuntamiento de Jaén aprobó dar nombre a las nuevas calles de Jaén nacidas con la ampliación del Bulevar, el nuevo ensanche de la ciudad. A petición de la Fundación Catalina Mir y con el apoyo de la Asociación de Vecinos del Barrio se hizo la solicitud al Ayuntamiento que la acogió y resolvió con celeridad. Tuvieron una participación activa por parte de la Fundación, Plácido Cabrera y por parte de la Asociación de Vecinos, Antonio Molina Marchal. Jaén pudo ofrece a Catalina Mir un merecido homenaje, que aunque póstumo se agradece. No solo a Catalina, también a todas las mujeres de la ciudad que como señala Sagrista estaban silenciadas en el callejero municipal. Es una importante arteria que une la carrerera de Madrid con la de Córdoba a través del Bulevar, limitada en los extremos por dos hermosas rotondas.

Es un dibujo del hermano de José Luis García Campos que ofrece una perspectiva de la Catedral desde la parte baja dela calle Ejido de la Alcantarilla y se aprecia perfectamente el edificio de la Escuela del Niño Jesús de Praga en la esquina de la calle Alcantarilla con con Julio Ángel. Destacan las grandes cristaleras de la primera planta que daban luz a las aulas. Texto a modo de prefacio del libro de actas que comienza en 1939. Convencidas de la necesidad de tener un local propio, trabajamos incansablemente para conseguirlo, primero con la rifa de un mantón de Manila, por la que obtuvimos 4.000 pesetas, más el beneficio de quedarnos nuevamente con el mantón, por no haber vendido el número que resultó premiado. Nos costó un trabajo ímprobo la colocación de los cuatro mil billetes. Después recogimos algunos donativos de cierta importancia, consiguiendo comprar una modesta casa en El Ejido de la Alcantarilla. Hubo, naturalmente, necesidad de transformarla, para lo cual en dos invierno