La escuela del Niño Jesús de Praga. Prehistoria de la educación y vanguardia de la educación.



Álvarez-Ferrón, M. Profesor de Historia. Colegio Guadalimar-Altocastillo, Jaén.

Licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra y Graduado en Geografía e Historia, con premio extraordinario de grado, por la Universidad de Jaén, además de Máster en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria. Es profesor en el Colegio Altocastillo, donde imparte clase de Geografía e Historia en distintos cursos de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato. Aunque gallego de origen, es orgulloso jiennense de adopción, lo que le ha llevado a realizar distintos trabajos de investigación histórica relacionados con Jaén y su provincia, como el que nos va a presentar en el día de hoy: “La escuela del Niño Jesús de Praga. Prehistoria de la educación y vanguardia de la educación.”

Sumario: I.-) Introducción. II.-) Contexto histórico. III.-) Contexto educativo. IV.-) El Colegio de Primera Enseñanza Niño Jesús de Praga de Jaén. V.-) Bibliografía. I.-)

 

Introducción. En el presente estudio, realizado en el marco de la conmemoración del centésimo aniversario de la Fundación Catalina Mir, se va a realizar un análisis somero (que no superficial) de lo que podría ser considerado el germen de esta institución: el Colegio de Primera Enseñanza Niño Jesús de Praga de Jaén… De ahí el título que se ha seleccionado para este trabajo de investigación. Se trata, por tanto, de una tarea con un marcado carácter histórico, de una mirada crítica, objetiva y sosegada hacia el pasado; que va a permitir comprender el presente de la Fundación Catalina Mir y, también, valorar en su justa medida la labor realizada por esa mujer emprendedora y magnánima que le da nombre a la institución. Y esa mirada a lo acontecido se va a realizar respondiendo a una serie de cuestiones. Cuestiones que atesoran en su interior una auténtica carga de profundidad y que se podrían sintetizar en una: ¿Qué relevancia real tuvo la obra emprendida por Catalina Mir cuando se lanza a fundar una escuela en Jaén en el año 1921?

II.-) Contexto histórico. Tras lo que se ha señalado en la introducción, a la hora de afrontar este estudio, parece razonable detenerse, en un primer momento, en profundizar cuáles son las circunstancias en las que ve la luz el objeto del mismo. Y es, además, importante porque aunque el anacronismo -el observar hechos del pasado con los ojos del presente- es moneda común en los legos en la materia (no hay más que leer o escuchar determinadas interpretaciones presentes de hechos pretéritos) , en un historiador es (debería ser) un pecado. Porque analizar un suceso pasado con criterios actuales puede llevar, a malinterpretarlos y va a conducir, sin ningún género de dudas, a distorsionarlo. Este modo de proceder es, sin duda, un error cuando desde nuestros días se ponen en tela de juicio determinadas acciones que, en su contexto y para quienes las vivieron, no eran reprobables… Pero también es un modo de obrar equivocado cuando no se tienen en cuenta las circunstancias de las hazañas, ya que se les puede estar restando brillo. Por este motivo se van narrar las circunstancias que rodean la fundación de la Escuela Nocturna del Niño Jesús de Praga de Jaén; porque, a lo mejor, siendo conscientes de su bondad, no se ha calibrado en su justa medida el impacto positivo que supuso esta institución, ni la determinación ni el buen hacer que protagonizó Catalina Mir al ponerla en marcha. Aunque la Fundación benéfica-docente particular Escuela del niño Jesús de Praga no se constituye hasta el 23 de junio de 1921, tal y como figura en la correspondiente escritura pública otorgada ante el notario de Jaén don José Azpitarte Sánchez, la escuela que, según los estatutos que se incluyen en la citada escritura, tenía por objeto “el mejoramiento moral de la clase obrera de Jaén, mediante la enseñanza y educación de aquellos de sus hijos, que, por tener que dedicarse al trabajo desde edad temprana, no pueden asistir a ninguna escuela diurna”, había sido fundada el 25 de marzo de 1919. Surge, por tanto, en una época convulsa, que, según opinión unánime de los historiadores, si hubiera que resumirla en una palabra, ésta debería ser: crisis. Si se centra la atención en la Historia de España, Catalina Mir impulsa la fundación en los estertores del período conocido como “Restauración Borbónica.” Momento que, a su vez, supone casi el epílogo de lo que, siguiendo a Federico Suárez, se podría denominar el largo siglo XIX español; tal vez uno de los períodos más agitados de la Historia española. Así lo justifica, a juicio de quien esto suscribe, de manera brillante, el profesor José Luis Comellas: La historia del siglo XIX está hecha de “infinitos pequeños sucesos”, y estos sucesos consisten, casi siempre en querellas políticas que se enredan, a veces sin que vislumbremos una razón clara para tanto apasionamiento los españoles. Con ello se crea una dinámica histórica que, presente o larvada, será una constante en nuestra historia contemporánea. El lector ingenuo, no versado, que lee una obra de tipo general, cuando pasa de la historia del siglo XVIII al XX, siente la impresión de haber saltado de pronto a un país distinto… o, si se quiere, de un país distinto a nuestro país, a esta España que los hombres de las últimas generaciones hemos llegado a conocer. La primera nota que destaca como característica del siglo XIX es la inestabilidad. Con un poco de paciencia podríamos confirmar esta impresión en forma estadística: 130 gobiernos, nueve constituciones, tres destronamientos, cinco guerras civiles, decenas de regímenes provisionales y un número casi incalculable de revoluciones que, provisionalmente podemos fijar en 2.000, o, lo que es lo mismo, un intento de derribar el poder establecido cada diecisiete días por término medio. Tal es el balance de lo que Federico Suárez llama “siglo XIX histórico”, que empieza en 1833 y acaba en 1936, constituyendo el meollo más característico de la fenomenología de lo contemporáneo español.” Comellas (2015, pp. 265-266) Una vez descrito el panorama global se va a descender a lo particular: • En lo cronológico, como ya se ha adelantado, Catalina Mir emprende su aventura benéfica y educativa entre 1919 y 1921, prácticamente en el ocaso del régimen de la Restauración, una vez se ha producido el Desastre del 98, en vísperas del pronunciamiento de Primo de Rivera y cuando España sufre el desastre de Annual. En un momento en el que la llamada triple crisis de 1917 (crisis en el ejército, crisis política y crisis social) están en su máximo apogeo. Como dice Artillo – González (1980, p. 471) “desde fines de 1916 y hasta comienzos de 1921, la tensión social y política no hace sino incrementarse en toda España.” Y remacha, citando a Tuñón “en estos años se alcanza la cota más elevada de conflictividad desde el comienzo de la Restauración.” • En lo espacial, Catalina Mir funda la escuela y constituye la fundación y el patronato que la rige, la Junta de Damas, en la ciudad que la acoge desde 1908, cuando contrae matrimonio con don José Bonilla: Jaén. Una ciudad que vive este período de zozobra de una manera particular: o En lo económico, sufriendo una crisis que va a agudizar la conflictividad social debido a un incremento de los precios y de la presión demográfica, sobre una población dedicada en gran medida a un sector primario en el que predominan propietarios de parcelas pequeñas y jornaleros sin propiedades. En este marco, los salarios no destacan por su generosidad. (Se calcula que en el año 1920 el presupuesto diario necesario para una familia compuesta por un matrimonio y dos hijos -que no era la habitual- oscilaba entre las 4,50 y 5,50 pesetas. Pues bien, por citar algunos ejemplos, en ese mismo año, el salario diario por recoger aceitunas ascendía a 4,75 pesetas por hombre -mujeres y niños cobraban la mitad-, a cavar le correspondían 3,75 pesetas y a los obreros de los cortijos 2,75). o En lo político se produce la descomposición de los partidos integrados en el régimen de la Restauración, produciéndose un repunte de la relevancia de las redes clientelares encabezadas por caciques. En lo social se va a asistir a un relanzamiento del movimiento obrero, desde el sindicalismo católico hasta el anarquista. En este sentido, una particularidad jiennense es la preponderancia de la facción socialista frente a la anarquista, fenómeno curioso en el contexto andaluz y también nacional. Este hecho explica que, en la sucesión de huelgas que se van a producir en la ciudad, no se documenten altercados violentos similares a los ocurridos en otros lugares, en el marco del denominado trienio bolchevique andaluz. Se acaba de poner sobre la mesa el contexto en el que Catalina Mir Real, preocupada por las carencias educativas de los niños de las clases más desfavorecidas en un ambiente de crisis, se lanza a la aventura. Es un marco caracterizado por lo adverso de la coyuntura política, económica y social. Pero la apuesta por la educación como forma de canalizar una acción solidaria, aparte de un carácter visionario por la puesta en valor de una adecuada instrucción, probablemente sea muestra del conocimiento que tenía de la sociedad en la que vivía y de las condiciones de la enseñanza. Parece prudente, pues, adentrarse en el conocimiento del contexto educativo en el y con el que convivían los habitantes del Jaén de principios del siglo XX.

III.-) Contexto educativo. En este momento estaba vigente la Ley de Instrucción Pública de 9 de septiembre de 1857, conocida como “Ley Moyano”, que establecía una enseñanza elemental obligatoria para todos los niños de 6 a 9 años, y gratuita para las familias que no pudieran costearla. Para fomentar la obligatoriedad se preveía un sistema de multas a los padres que no permitiesen que sus hijos asistieran a clase; aunque también se preveía la enseñanza doméstica. Bien sea por la escasa eficacia de este sistema coercitivo, opción menos probable; bien por el nulo valor otorgado a la enseñanza por gran parte de la población, opción muy probable; bien, opción bastante probable, por la ausencia de infraestructuras adecuadas (aunque la ley preveía una serie de equipamientos docentes en atención al tamaño de la ciudad o pueblo de la que se tratara), la realidad es que este sistema no dejó de ser, en muchos casos, una benévola declaración de intenciones consagrada en un texto legal. Y, salvo contadas excepciones, la situación que mejor define la acción sobre la primera educación en España durante la vigencia y desarrollo del régimen de la Restauración es: abandono. Esto lleva a que, en el año 1910, sobre una población aproximada 20 millones de españoles, un 60 % (8 millones de habitantes) no sepan leer ni escribir. Ávila Fernández (2013, p. 435) achaca la mala situación de la educación española a la falta de escuelas y al hecho de que las que existen no están en lugares adecuados ni bien equipadas. Sin obviar, claro está, que el absentismo escolar se puede explicar, en gran medida, según este autor por “la falta de interés por la adquisición fundamental de las nociones de lectura y escritura” sin olvidar que, en algunas ocasiones, en las zonas pobres, existen barreras sociales y económicas que impiden o dificultan la asistencia a las escuelas. Si, una vez más, se pone el foco sobre la situación de la ciudad de Jaén, se puede observar como se trata (de nuevo) de un punto crítico. Porque en el año 1910, como se puede observar en la tabla bajo estas líneas, la tasa de analfabetismo se situaba en el 58,8 de la población y en el año 1920 ascendía hasta el 64,66 %. Tabla 1. Censos de la Ciudad de Jaén. Clasificación de la población de Hecho por sexo, estado civil e instrucción elemental. Año Habitantes Saben leer Saben escribir No saben leer/escribir No consta 1910 29217 550 11492 17175 0 1920 33444 106 11052 21624 662 Fuente INE (fecha desconocida) Si se vuelve a reflexionar sobre el contexto histórico y los problemas socioeconómicos existentes en la capital del Santo Reino, parece lógico pensar que la configuración de la economía local y los bajos salarios, pueden explicar en gran medida las tasas de analfabetismo: no era factible acudir a la escuela cuando el trabajo era imprescindible para subsistir. Así lo viene confirmar un bando publicado por el alcalde de Jaén, Don Fermín Palma García, el día 31 de marzo de 1925. En el mismo, recordaba la obligatoriedad de la primera escolarización prevista en el artículo 9 de la Ley Moyano así como el sistema de multas contenido en el mismo texto legal, introduciendo el tema de la siguiente manera: [Citado por Sancho - Rodríguez, M. I. & Cruz - Rodríguez, M. A. (2020, p. 506)] Hago saber: que siendo propósito de esta Alcaldía el cumplir y hacer que los demás cumplan, escrupulosamente, cuantos deberes sociales y legales aparecen impuestos por las exigencias civilizadoras o por preceptos emanados del Poder público, en relación con la instrucción y la cultura del pueblo, y constituyendo un hecho tan notorio como lamentable, en nuestra ciudad, que muchos padres de familia o encargados de la vigilancia y cuidado de los menores, no ponen el debido celo al servicio de tan sagrados menesteres, contribuyendo directamente a fomentar el analfabetismo, la vagancia y la mendicidad; cúmpleme recordar y participar a todos los vecinos de Jaén y a los agentes que dependen de mi autoridad lo siguiente (...) El texto es elocuente… Lo que omite el señor alcalde es que esa falta de celo de las familias, como se ha expuesto, no responde a capricho, sino a necesidad. Pero, por si esto no fuera poco, la ciudad también sufre la escasez de escuelas y la mala situación de algunas de las existentes. Así se lo comunicaba el alcalde al Pleno del Ayuntamiento en agosto de 1929, en el que reconocía que las escuelas, además de estar mal distribuidas, carecían en muchas ocasiones de condiciones de salubridad o pedagógicas… Y concluía afirmando: “el problema de la enseñanza es uno de los que necesitan en esta capital urgente solución. Teniendo en cuenta la población actual de Jaén y lo legislado, faltan 40 escuelas.” : Citado por Sancho - Rodríguez, M. I. & Cruz - Rodríguez, M. A. (2020, p. 501). IV.-) El Colegio de Primera Enseñanza Niño Jesús de Praga de Jaén. Atendiendo a los contextos histórico y educativo que se acaban de exponer, se considera que queda patente tanto la sensibilidad que muestra Catalina Mir ante los problemas de las personas humildes que la rodean, como el papel fundamental que estaba llamada a cumplir su fundación que, como ya se ha señalado, tenía por objeto “el mejoramiento moral de la clase obrera de Jaén, mediante la enseñanza y educación de aquellos de sus hijos, que, por tener que dedicarse al trabajo desde edad temprana, no pueden asistir a ninguna escuela diurna.” (…) Con además, un pequeño-gran matiz, que se cumplió desde el primer momento, aunque no se incluyó formalmente en los estatutos hasta la modificación operada en los mismos por medio de escritura pública otorgada el 13 de mayo de 1960: el carácter gratuito de las enseñanzas. Unas enseñanzas que, vistas con perspectiva, se podrían considerar vanguardistas. Por cuanto, a una esmerada formación académica (lectura y escritura; aritmética; gramática; geometría; geografía o historia, tanto sagrada como profana) se sumaba una formación humana -que incluía la cristiana-. Formación humana que perseguía, según los estatutos, “sembrar la semilla de la honradez y del bien y, por tanto, no desaprovechar ocasión alguna de encauzar y dirigir a los alumnos por el recto camino”. Pero más allá de este esbozo de esa educación integral, de la que hoy (afortunadamente) tanto se habla en algunos ámbitos, también es posible intuir en los estatutos de la Escuela del Niño Jesús de Praga, una preocupación por usar una metodología pedagógica que se adapte a las necesidades del alumnado, tanto a la hora de realizar agrupamientos de alumnos en función de su nivel y no tanto por la edad - salvo mayores de 15 años-, como al prever en los estatutos que las “enseñanzas no se darán por libros, que se aprendan de memoria, sistema casi impracticable para esta clase de alumnos, sino por medio de explicaciones de viva voz o conferencias dadas por el maestro y, de ser posible, por ejemplos y manifestaciones gráficas, que son los medios más adecuados para difundir la cultura.” También se podría entender implícita en estos planteamientos la idea de atención a la diversidad, presente en las doctrinas pedagógicas de San Pedro Poveda, con quién Catalina Mir celebró diversas reuniones. O incluso se esbozan una suerte de actividades complementarias al prever la existencia de unas “clases de adorno” (dibujo y música) para ofertar a los alumnos que asistían regularmente a las clases ordinarias. Sin olvidar, tampoco, la atención material que se concretaba en la merienda diaria y en la previsión de dotar al alumnado de objetos útiles y ropa cuando la economía lo permitiera. Finalmente otro rasgo novedoso, y seguramente también inspirado por la pedagogía de San Pedro Poveda, es la previsión de que, en sus visitas a la escuela, la presidenta del patronato debe, si no interfiere en el normal desarrollo de las clases, mantener un diálogo fluido con los alumnos, además de las otras labores de control y gestión que por su cargo le correspondían. Una vez se ha justificado por qué se optado por considerar la Escuela del Niño Jesús de Praga como una suerte de avanzadilla educativa, ha llegado el momento de ser aristotélicos y, para tratar de alcanzar la perfección, cerrar esta humilde investigación con un movimiento circular, justificando la primera pate del título.

La Escuela del Niño Jesús de Praga subsiste como tal hasta los años 70 del siglo XX. La aprobación de la Ley 14/1970, de 4 de agosto, General de Educación (Ley Villar Palasí) que establece, esta vez de verdad, la escolarización obligatoria, en un contexto en el que existen suficientes escuelas públicas, supone que se plantee un cambio en su objeto. Pero el legado permanece vivo, y por eso hoy se celebra el primer centenario de la Fundación, que una vez cambia su naturaleza entre 1979 y 1981, adopta el nombre de Catalina Mir, su fundadora. Una mujer caritativa, con afán apostólico, y empeñada en ayudar. ¿Qué nombre mejor para una entidad, que sigue impulsado numerosas iniciativas de diversa índole, destinadas a enriquecer y mejorar la sociedad jiennense? Señor presidente, le reitero mi agradecimiento por encontrarme hoy aquí; enhorabuena por este aniversario tan señalado y ánimo en la labor que se realiza desde la fundación. Ha quedado claro que, volviendo la vista atrás, tienen una gran referente en la que fijarse y un recorrido histórico del que estar orgullosos. Muchas gracias.

V.-) Bibliografía. Artillo – González, J. (1982). La crisis de la Restauración y de la monarquía parlamentaria (1917-1930). En VV. AA. Historia de Jaén (pp. 470 – 487). Jaén: Excelentísima Diputación Provincial y Colegio Universitario de Jaén. Ávila - Fernández, A. (2013). La educación durante el reinado de Alfonso XIII. En Negrín – Fajardo, O. Historia de la Educación Española. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia. Bernecker, W. L. (2009). España entre tradición y modernidad. Política, economía y sociedad (siglos XIX y XX). Madrid: Siglo XXI . Comellas – García-Llera, J. L. (2015). Historia de España Moderna y Contemporánea (15ª ed.). Madrid: Rialp. Instituto Nacional de Estadística -INE-. (Fecha desconocida) Censos de Población y Viviendas 1857-1970. https://www.ine.es/inebaseweb/71807.do?language=0#. Recuperado el 30/05/2023. Medina – Medina, A. (2013). La formación del sistema educativo español. En Negrín – Fajardo, O. Historia de la Educación Española. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia. Sancho - Rodríguez, M. I. & Cruz - Rodríguez, M. A. (2020). Las escuelas de niñas en la provincia de Jaén. Jaén: Editorial de la Universidad de Jaén.

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