El largo camino de la legalización de la Escuela

 



El 6 de julio de 1928 Catalina recibe una carta del Catastro en la que se deniega la exención fiscal solicitada y se argumenta apoyándose en tres puntos:

1º No aparecen en los Estatutos la declaración de que todas las enseñanzas son gratuitas.

2º Tampoco aparece la aprobación gubernativa de los Estatutos, sino solamente su presentación.

3º Tampoco aparece el reconocimiento oficial de su utilidad, sino solamente, la concesión de alguna subvención.

E invitan a la Presidenta a que subsane estas carencias.

Está firmado por el Catastro de la Riqueza Urbana de Jaén, y en concreto por su Arquitecto Jefe, con firma ilegible.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Celebramos el Centenario

Historia de Niño Jesús de Praga