Son Buit, la finca de Palma


 Som Buit es la finca en la que Catalina Mir pasó los veranos de su infancia y juventud. Incluso después de casada pasaban allí los veranos. Sus libros, poesías y escritos tienen referencias a esa casa y el encanto con el que ella la vivía.

Quizá he contado ya, que el padre de Catalina, Francisco Mir Palmer, importante prócer de Palma, tuvo un revés económico, por el que le embargaron la finca. Su yerno, José de Bonilla y Jaén, acudió en su rescate y se adjudicó la finca en subasta pública, por un importe de 750.000 pesetas. Y trasladó la propiedad a su esposa, Catalina Mir, que pudo disfrutarla toda su vida.

Aquí recogemos las notas de la historia de la finca en el Registro de la Propiedad.

Las noticias sobre el proceso de configuración de esta propiedad son escasas. De hecho, la línea evolutiva continua comienza el 12 de diciembre de 1714, cuando Joan Moll, alias Boter, recibía título nuevo sobre una pieza de tierra de unas 4 cuarteradas que confrontaba con tierras de Miquel Moll Vinagre, el cobertizo de la Bonanova. de los padres carmelitanos—, la Cova, tierras del castillo de Bellver y tierras de Portopí (ARM, Not. 5737, f. 1).

Probablemente, se corresponde con la propiedad de 4 cuarteradas que fue establecida en Bartomeu Caldentey con instrumento de 30 de julio de 1619 otorgado ante el notario Pere Femenia y que colindaba con tierras del castillo de Bellver, tierras de Rafael Berga —posteriormente, Son Vic— , tierras de Navidad Gibert —posteriormente, la Bonanova—, tierras de Bernadí Calafat —posteriormente, la Cueva— y el camino de la Creu Vella (ARM, Not. 5159, f. 161).

 Siguiendo esta hipótesis, más adelante perteneció —totalmente o en parte— al tintorero Rafael Moragues, quien, el 6 de febrero de 1632, adquirió de Bartomeu Caldentey una pieza de tierra de 2 cuarteradas y, posteriormente, algunas piezas de tierra que procedían de la propiedad originaria de dicho Caldentey (ARM, Not. S-1749, f. 23).

 Sin embargo, el hecho de que la familia Moll, alias Boter, tuviera tantas propiedades contiguas procedentes de los establecimientos de Son Vic hace complicado averiguar exactamente la evolución del cobertizo.

 Seguramente, la propiedad se corresponde con una pieza de tierra valorada en 200 libras que las estimaciones de 1685 inventarían a nombre de Joan Moll, Boter, situada en los establecimientos de Son Vic y Cala Major. Según este documento, Joan Moll era también propietario de Son Pellisseret y de dos piezas de tierra que, más adelante, formarán el cobertizo de Son Boter (ARM, D-1253, f. 201-202).

 Mediante acta de 12 de diciembre de 1714 firmada ante el notario Jaume Bauçà, Joan Moll, Boter, hizo donación de bienes a favor del molinero de viento Joan Moll, Boter, quien murió el 7 de mayo de 1746, con testamento que había dispuesto el 25 de abril anterior en poder del notario Joan Rotger, en el que nombró herederos universales propietarios a sus dos hijos Joan y Rafel y usufructuaria, su esposa, Gertrudis Sitges, la cual, el 20 de noviembre siguiente, capbrevó la propiedad declarante que confrontaba con tierras de Bernat Moll Bassa, Vinagre, el cobertizo de la Cueva y el castillo de Bellver (íd., f. 204v; ARM, Not. 5737, f. 1; ARM, Not. R-692, f. 26v).

 El 10 de diciembre de 1752, Gertrudis Sitges y sus hijos Joan y Rafel establecieron la propiedad al escribano Martí Aleñar —hijo de Miquel—, imponiendo un censo reservativo de 7 libras (ARM, Not. R-697, f. 114 ).

 Martí Aleñar murió el 21 de julio de 1811, con testamento que había ordenado cuatro días antes en poder del notario Pere Francesc Amer, en el que nombró heredero universal propietario a su hijo Miquel, quien murió sin testar el día primero de septiembre siguiente y la propiedad pasó a Martí Aleñar (ARM, Not. 4017, f. 36).

 Según el Apeo (1818), pertenecía a Antonina Aina Rosselló —probablemente, madre de este último—, tenía casa, ocupaba una superficie de 2 cuarteradas de campo de tercera calidad y valía 600 libras (ARM, D-1530, f. 162v).

 Martí Aleñar, vecindario de Sencelles, estaba casado con Caterina Ramis. Murió el 3 de abril de 1850, con testamento que había dispuesto el 9 de diciembre de 1848 ante el notario de Sencelles Joan Vicenç Castell. Con instrumento de 17 de abril de 1851 otorgado ante el mismo notario, Martín Aleñar Ramis —vecinado de dicha villa— vendió Son Buit a José Cáceres —hijo de José y de María Josefa Aguirre—, por precio de 800 libras —equivalentes a 13.995 reales 29 morabatinos. Entonces ocupaba una superficie de 4 cuarteradas y media y tenía casa. Prestaba 7 libras censo a Josep y Rosa Moll. Era tenida en alodio del conde de Aiamans y, bajo dicho alodio, prestaba 1 gallina alodial. Linda con el bosque de San Nicolás de Portopí —de Sebastián Morro Ferrer—, tierras del presbítero José Mariano Forteza Aguiló, tierras del cobertizo de la Cueva —del presbítero Jerónimo Castelló— y tierras del castillo de Bellver (ARM, Not. 4017, f 36;RP6, 44-término, 1a).

José Cáceres Aguirre —esposo al tiempo de su muerte de María Palmer Vidal (†1889)— murió en Palma el 2 de enero de 1888, a la edad de 76 años, con testamento y codicilo que había ordenado el 17 de noviembre de 1887 ante el notario Guillermo Sancho, en el que, tras declarar que carecía de herederos forzosos, legaba 125.000 pesetas al menor José Contestí —de unos 3 años de edad—, de quien se cuidaban Magdalena Contestí Rosich y Antonia Rosich, domiciliados los tres en el número 15 de la calle de Mas. Del resto de los bienes nombró heredera usufructuaria a su esposa y propietarios en partes iguales, su sobrina María Mir Cáceres y su sobrino segundo Francisco Mir Palmer. Nombró albaceas Miguel Cerdá Pieras, Emilio Guasp Vicens y el referido Francisco Mir Palmer. En el codicilo dejó 2.500 pesetas a cada uno de sus criados Antonio Mestre Pons y Onofre Vicens Ferrer y 80 pesetas a su criada Margarita Soler Adrover, con el bien entendido de que permanecieran a su servicio hasta el día de su muerte; 500 pesetas en cada una de sus cuñadas Josefa, María Francisca -conocida por Dolores- y Catalina Palmer Vidal y Bárbara Mir; 1.000 pesetas en Antonia -conocida por María- y 250 pesetas a cada uno de los hermanos Pedro y Miguel Vila, hijos de dicha Dolores; 5.000 pesetas a su hermana política Juana Palmer Vidal y 1.000 pesetas a cada uno de sus albaceas Emilio Guasp Vicens y Miguel Cerdá Pieras. Dispuso que la heredera usufructuaria -o en sustitución de ella, los herederos propietarios- tenía que pagar los estudios y pensión de Pedro y Antonio Vila en el Seminario Conciliar. Con escritura de 28 de agosto de 1889 otorgada ante el notario Emilio Guasp Vicens, aceptaron y procedieron a la división de los bienes de la herencia, que comprendía un censo, un crédito, unas casas en la calle de la Gloria, otras casas en el callejón de Cáceres —a bordo de la calle General Barceló, antiguamente del Vino—, una pieza de tierra de 10 cuarteradas y 3 cuartones procedente del cobertizo de la Cova —la Bonanova—, otra pieza de tierra de 2 cuarteradas de la misma procedencia, una pieza de tierra procedente del cobertizo de Portopí —que confrontaba con Son Buit— y el cobertizo de Son Buit, que se le adjudicaba Francisco Mir Palmer. Entonces, ocupaba una superficie de 12 cuarteradas, 2 cuartones y 54 diestros, tenía casa y valía 2.000 libras. Linda, al norte, con la Cueva —de Francisco de Paula Castelló Quetglas— y terrenos del bosque de Bellver —del Real Patrimonio—; al sur y al este, con Portopí —de Eduardo Morro Español—, y, al oeste, con tierras de Son Sèmola —de Margarita Caimari Vila— y tierras de Esperanza Martí Valentí (íd., 5a).

José Cáceres Aguirre agrandó la propiedad mediante la adquisición de tierras vecindarias. Por un lado, con instrumento de 28 de mayo de 1851 otorgado en poder del notario Miguel Font Muntaner, compró al presbítero José Mariano Forteza —hijo de Antoni y de Maria Aguiló— 8 cuarteradas de tierra, campo y bosque de mayor número denominadas Can Estella, por precio de 13.287 reales 6 morabatinos. Eran tenidas baches de la caballería de Son Vic y prestaban 9 libras censo de número de 24 libras el 22 de enero a José Guasp Pascual. Confrontaban con tierras del cobertizo de Portopí, Son Vatlori, Son Sèmola, la Cova y Son Buit. Por otra parte, con escritura de 5 de agosto de 1853 autorizada por el notario Pedro José Bonet, adquirió de Sebastián Morro -hijo de Sebastià y de Josepa Ferrer-, por precio de 332 reales 6 morabatinos, una porción de 54 diestros procedente de Portopí, en alodio propio —no comprendido—, libre de censo, que confrontaba con la casa y tierra de Son Buit y el resto de Portopí (RP6, 44-término, 1a).

 El 13 de junio de 1899, ante el notario Joaquín Pujol Muntaner, Francisco Mir Palmer vendió a Ana Catany Capó —casada con Ignacio Roca Buades—, por precio de 500 pesetas, una pieza de tierra de forma triangular de 4.000 m² de superficie que confrontaba , al norte, con el torrente del Mal Pas; al sur, con el camino antiguo de la Bonanova, y, al oeste, con tierras de Juan Rubert procedentes de la Cova. El 30 de septiembre siguiente, Catany adquirió de Juan Rubert Trías, por precio de 2.000 pesetas, una pieza de tierra de 2 cuarteradas y 3 cuartones y medio procedente de la Cova. Como ambas propiedades eran contiguas, las agrupó bajo una misma finca registral (RP6: 7361-término, 7438-término, 7819-término).

Con escritura de 28 de octubre de 1921 otorgada ante el notario Francisco de Paula Massanet Beltrán, Francisco Mir Palmer hizo donación de la propiedad a su hija Catalina Mir Real. Entonces, ocupaba una superficie de 37 cuarteradas y 176 diestros -ya que el donante había agregado otras dos propiedades-, tenía casas y valía 20.000 pesetas. Confrontaba, al norte, con el torrente del Mal Pas, el camino antiguo de la Bonanova —entonces convertido parcialmente en camino vecinal de Palma a Génova—, el camino de Son Sèmola y tierras que fueron de Onofre Salas —entonces de Ana Villalonga —; al sur, con tierras de Eduardo Morro; al este, con dichas tierras de Eduardo Morro, la carretera de Andratx y los terrenos de una batería que fue expropiada por el Estado, y, al oeste, con Son Sèmola, tierras que fueron de Esperanza Martí y el antiguo camino de la Bonanova (RP6, 11634-término, 1a-2a).

 En sesión celebrada el 12 de julio de 1933, el Pleno del Ayuntamiento de Palma aprobó la urbanización de los terrenos de Son Buit, aunque el establecimiento de la propiedad se había iniciado dos años antes. Los primeros compradores (1931-36) fueron Pedro y Antonio Batlle Gallard —1.500 m²—, María Cabrer Torres —725 m²—, Kendal Park Park —1.500 m²—, Catalina Bernat Frontera —600 m²—, Helena May —504 m²— y Muriel Rose Turner -500 m²- (íd., 1a; AMP, AH-2294/2, 20-09-1974, f. 170).

 Catalina Mir Real se casó con José Bonilla Jaén, de quien nacieron Enrique, Federico, José Antonio y Francisco. Mediante escritura de 28 de junio de 1963 otorgada ante el notario de Jaén Carlos Pando Muñiz, los hermanos Bonilla Mir se dividieron la parcela de Son Buit que comprendía la casa principal -de 10.600 m²- de la siguiente manera: 5.300 m² para Enrique, otros 5.300 m² para Federico, la planta baja de la casa principal -con sótano- para José Antonio y el piso y el porche para Francisco. La casa principal constaba de dos cuerpos unidos: uno de 253 m² y otro de 34 m², estaba rodeada de terraza —que daba al jardín— y de los extremos laterales arrancaban sendas dobles escalinatas que llevaban al segundo piso. El aspecto que presentaba era el resultado de una reforma ejecutada hacia 1920, que consistió en la construcción del piso y el porche, pues anteriormente sólo contaba con planta baja (CPE, 17/12; RP6, 1665-III, 1a) .

En sesión celebrada el 20 de septiembre de 1973, el Pleno del Ayuntamiento de Palma aprobó inicialmente el Plan parcial de ordenación de Son Buit, presentado por los hermanos Bonilla Mir (AMP, AH-2294/2, 20-09-1974, f. 168v).

 Con escritura de 10 de junio de 1985 autorizada por el notario de Granada Vicente Moreno Torres, Francisco Bonilla Mir, ingeniero agrónomo domiciliado en Granada, casado con Concepción Márquez Peñalver, dio a sus sobrinos José Antonio, María, Jaime, Carmen y Catalina Bonilla Moreno. hijos de su hermano José Antonio y de María Moreno Abril— su parte de la casa principal y su cuota de participación sobre la parcela que la contenía. A su vez, José Antonio Bonilla Mir dio la planta baja a sus hijos, de modo que pasaron a ser propietarios de toda la casa principal. Jaime Bonilla Moreno vendió su quinta parte indivisa a sus hijas María, Mercedes y Victoria Bonilla Lodares, por precio de 10 millones de pesetas (RP6, 32928-VII, 1a-2a).

 En 2003, se registró la segregación de una porción de 4.073 m² a favor de la entidad Jardines de Son Buit SL. De esta forma, la parcela que contenía la casa principal —de 10.600 m²— quedó reducida a una superficie de 6.527 m², con la clasificación de patrimonio de protección integral parcial A2 —clave 17/12— (íd., 1a) .

 

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