Memoria de Antonio Álvarez de Morales

En la fotografía, Antonio acompaña al obispo de Jaén, Santiago García Aracil, durante una conferencia en El Rubín Antonio fue un prestigioso abogado de Jaén que combinó su actividad con la Alcaldía de la ciudad. Entre otras cosas adquirió para la ciudad la explotación turística del Castillo de Santa Catalina. A Él se dirigió José Antonio Bonilla para tratar de dar continuidad a la obra de su madre, Catalina Mir, centrada en la atención a las personas más necesitadas del barrio de la Alcantarilla, para ofrecerles instrucción y apoyo material. Antonio describe así su relación con los hijos de Catalina Mir y la toma del relevo de la Escuela del Niño Jesús de Praga, tras la constitución de la Fundación Catalina Mir. A comienzos del S.XX vino a Jaén Catalina Mir y Real, mallorquina y de familia aristocrática de Palma, recién casada con José Bonilla Jaén, de una de las familias más prestigiosas de la ciudad. Catalina era profundamente cristiana y se significó por su espíritu caritativo, orientado desde el principio en el campo de la enseñanza elemental de niños y adultos en ell barrio de La Alcantarilla, próximo a su residencia. Esa labor se terminó materializando en la llamada "Escuela Nocturna del Niño Jesús de Praga", que inició su camino en 1919, y que como Fundación con ese nombre se erigió en escritura pública el 23 de junio de 1921, con el objeto de contribuir al mejoramiento de la clase obrera de Jaén, mediante la enseñanza y educación de aquellos de sus hijos que, por tener que trabajar desde temprana edad, no podían asistir a la escuela diurna, dotándola de un capital de cinco mil pesetas. Aunque tal Fundación no fue reconocida oficialmente, subsistió viva hasta su transformación en la hoy llamada "Fundación Catalina Mir". Como Patronato de la Fundación, Catalina se valió de una junta de damas, por la que fueron pasando muchas señoras de las mejores familias locales, más a título testimonial que otra coasa, pues el dinero y el trabajo de la fundadora, fue lo que permitió dar continuidad a la tarea. Los socios protectores solo pagaban 5 pts/mes, como donativo o cuota y así hasta el año 1973 en que se suspendió el cobro. De la ilusión y el empeño económico de de Catalina para dar estabilidad a la escuela, nos habla la compra de la sede en la casa nº 14 de la calle Ejido de la Alcantarilla de Jaén, el 27 de junio de 1921 y más tarde, el 18 de mayo de 1956, de la casa contigua, el nº 11 de la calle Julio Ángel, para agruparlas y ampliar los locales, y permitir atender mejor la actividad apostólica y caritativa que se desarrollaba. El fallecimiento de Catalina, el 14 de julio de 1961, no interrumpió la actividad, ya que los cuatro hijos que le sobrevivieron (José Antonio, Francisco, Federico y Enrique) donaron el 4 de febrero de 1963 la casa del nº 23 de la calle Millán de Priego, compuesta por seis viviendas y dos locales de negocio, para ayudar al sostenimiento de la escuela. A finales de los años 70 cambió la situación con la entrada en vigor de la ley de Villar Palasí, que hacía obligatoria la enseñanza primaria. Ante las crecientes dificultades los hermanos hicieron diversas gestiones para que alguna institución religiosa se hiciera cargo. Fue en ese momento cuando José Ruiz, Inspector de Enseñanza visita la escuela para informar del empleo efectivo de una subvención del Ministerio de Educación y en amigable conversación con José Antonio Bonilla, éste le manifestó el deseo y dificultad de dar continuidad a la labor de su madre. José Ruiz le sugirió que hablara con alguna persona del Opus Dei. En ese momento conectaron los hermanos José Antonio y Enrique con Antonio Álvarez de Morales, compañeros de profesión y antiguos amigos, coincidiendo en la política, José Antonio como Presidente de la Diputación y Antonio como Alcalde de Jaén. Fruto de la colaboración surgió la necesidad de transformar la Fundación constituida en 1921 , con vistas a su clasificación como de beneficencia particular, ya que no parecí aconsejable insistir en el ámbito de la educación. En esa línea inició sus gestiones Antonio Álvarez de Morales con la Dirección General de Beneficencia y en la Asesoría Jurídica del Ministerio de Sanidad y Seguridad Social , para que se consiguiera un cambio de fines y se aceptara como objeto un amplio abanico de actividades, que abriera cauce al desarrollo de la Fundacion. El 15 de noviembre de 1979 se otorgó escritura pública de cambio de nombre y actualización de estatutos y el 31 de diciembre de 1980, y el 2 de marzo de 1981 se publicó en el BOE con su nombree definitivo Fundación Catalina Mir. El Patronato quedó constiuido por los cuatro hermanos, Antonio A de Morales y cuatro amigos comunes que han ido cambiando a lo largo de los años en función de las circunstancias personales. El patrimonio inicial fue de 5,8 millones de pesetas. Puesta en marcha la renovada Fundación, los cuatro hermanos siguieron ayudando económicamente. El 13 de junio de 1981 donaron una parcela de un polígono urbano que fue tasada en 32 millones de pesetas, lo que permitió construir la nueva sede de la Fundación en la parcela de los dos solares de la Escuela. El 7 de junio de 1984 volvieron a donar cuatro locales comerciales en la calle Millán de Priego por valor de 12 millones de pesetas. También donaron un olivar valorado en 2 millones de pesetas. A mediados del añoa 1982 se demolieron las casas que habían albergado la escuela y en verano de 1984 se inició la construcción de la nueva sede. El 4 de abril de 1987 se iniciaron las actividades de la Asociación Valdeazores, reuniéndose con ese motivo los hermanos Francisco, Federico y Enrique, y Jaime, hijo de José Antonio, imposibilitado en su casa. Se celebró la Santa MIsa en el oratorio que dió paso a una merienda festiva. D. Francisco Bonilla falleció el 17 de noviembre de 1987, dejando como legado la casa nº 4 de la calle Cerón de Jaén. Federico Bonilla falleció el 1 de septiembre de 1994, legando a la Fundación la casa de nº 6 de la calle Cerón, además de ayudar generosamente con donativos en metálico. El 9 de febrero de 1996 se incrementó el patrimonio de la fundación con una finca llamada Los Jarales, donada por la Sociedad Cultural y deportiva Alayos, compuesta de casa y 7 Ha de terreno, situada a 3 km de Antequera. De diferentes particulares se recibieron también donativos de importancia. Los estatutos de la Fundación , formalizados en escritura del 23 de junio de 1991 han sido acomodados a la Ley 30/1994 por otra otorgada el 20 de noviembre de 1996, debidamente inscrita en el Registro de Fundaciones. Jaén, 15 de abril de 1998 Hasta aquí el texto redactado por Antonio Álvarez de Morales.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Celebramos el Centenario

Historia de Niño Jesús de Praga