Testimonio de Jaime de Bonilla
Jaime en el centro con su esposa Magoya Lorares y Daniel Martínez, Presidente de la Fundación. Testimonio de Jaime de Bonilla Ya en los últimos años de la vida de Catalina, sus hijos le prestaron mucha ayuda, pero tras su fallecimiento en 1961 asumieron por completo el compromiso de darle continuidad a la Escuela promovida por su madre y en ese empeño estuvieron, durante dos décadas, hasta el año 1981. Mi padre José Antonio de Bonilla y Mir y sus hermanos, dirigieron la Fundación con una ilusión y dedicación tanto personal como económica, muy grande. Es muy de agradecer, porque lo hicieron de modo altruista como otras muchas actividades. Un ejemplo del quehacer desinteresado de mi padre, puede ser la fundación del Instituto de Estudios Jiennense, del que fue Presidente durante treinta años, hasta que se puso enfermo y le resultó imposible atender esa responsabilidad. Decía que desde 1961 tomaron las riendas, no solo con responsabilidad, sino también con intelig...
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